Cuando pensamos en la Cruz Roja, lo primero que se nos viene a la mente es, justamente, una cruz roja sobre fondo blanco. Pero, ¿sabías que ese símbolo tiene una historia tan curiosa como significativa?
Todo comenzó en 1864, cuando se firmó el primer Convenio de Ginebra. Los países acordaron usar una cruz roja como emblema neutral para proteger a médicos y heridos en zonas de guerra. ¿La razón del diseño? Fue un homenaje invertido a la bandera de Suiza, país neutral y cuna del fundador de la organización, Henry Dunant.
Sin embargo, no todos los países se sintieron representados por este símbolo. Por ejemplo, en el mundo islámico, algunas naciones optaron por usar la Media Luna Roja, y en Israel, se utiliza el Cristal Rojo. Todos tienen el mismo propósito: señalar ayuda humanitaria sin tomar partido.
Y por si te lo preguntabas, no, no es legal usar la cruz roja como decoración o en productos comerciales. De hecho, está protegida por leyes internacionales. Así que si ves ese símbolo, ya sabes: no es adorno, es señal de auxilio.
Un pequeño emblema con una gran historia. ¿Quién diría que una cruz podía hablar tan fuerte sin decir una sola palabra?