En un giro inusual de eventos que involucra política, derechos de autor y cultura pop, el Departamento de Defensa de Estados Unidos se vio forzado a eliminar un video oficial después de que la banda Metallica emitiera una advertencia legal por el uso no autorizado de su canción “Enter Sandman”. El video, publicado en redes sociales por el secretario de Defensa Pete Hegseth, formaba parte de una campaña de comunicación militar sobre drones y liderazgo, y usaba el emblemático tema sin permiso alguno.
La reacción de la banda fue clara y directa: ni el Pentágono está por encima de los derechos de propiedad intelectual.
¿Qué ocurrió exactamente?
El video en cuestión mostraba imágenes de entrenamiento militar, declaraciones patrióticas y escenas de alta carga emocional acompañadas del icónico riff de Metallica. La publicación rápidamente llamó la atención de seguidores y también de los abogados de la banda.
Tras recibir una notificación de infracción, el Pentágono eliminó el video y lo volvió a subir sin la canción, admitiendo públicamente que no se había gestionado una licencia válida para su uso.
La batalla legal por la música en entornos oficiales
Aunque muchas veces se asume que las instituciones pueden utilizar libremente contenido popular, en realidad el uso de una canción en un video institucional requiere una licencia de sincronización, distinta a la de reproducción tradicional o uso en vivo.
Incluso si una canción suena en un evento oficial, su uso posterior en redes sociales, páginas web o campañas políticas debe ser negociado con los titulares de los derechos. No hacerlo es, en términos legales, una infracción. Y en este caso, Metallica no lo dejó pasar.
No es la primera vez que ocurre
Metallica ha sido históricamente firme respecto a la protección de su música. Desde su conocida lucha contra Napster a inicios de los 2000, la banda ha defendido su obra incluso frente a las plataformas digitales más grandes. En esta ocasión, su postura se mantiene: no permitirán que su música sea usada con fines propagandísticos sin su consentimiento.
No están solos: otros artistas como Neil Young, Tom Petty, REM, Adele y Rihanna han emitido cartas de cese y desista a campañas o gobiernos que han usado sus canciones con fines políticos o institucionales sin autorización.
¿Por qué importa?
Este incidente va más allá de un simple desacuerdo entre una banda y el gobierno. Toca temas clave como:
La relación entre arte y poder: ¿puede el Estado apropiarse del contenido cultural para sus fines?
Los límites legales de la promoción institucional en la era digital.
La percepción pública de la música como herramienta ideológica.
En tiempos donde la narrativa lo es todo, usar una canción popular puede reforzar una idea o un sentimiento. Metallica dejó en claro que no permitirá que su arte se convierta en parte de un discurso político sin su participación.