La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas confirmó un cambio histórico en la transmisión de los Premios Oscar: la ceremonia dejará la televisión abierta y migrará por completo al entorno digital, con YouTube como su nueva casa exclusiva.
Este giro marca una ruptura sin precedentes con décadas de tradición televisiva y refuerza la tendencia global hacia el consumo de grandes eventos a través de plataformas digitales. El nuevo modelo comenzará formalmente en 2029, coincidiendo con el centenario de los Oscar, y se extenderá mediante un acuerdo que llegará hasta 2033.
De acuerdo con información del medio especializado Variety, la Academia sostuvo negociaciones durante gran parte de 2025 con distintos actores de la industria. Entre los interesados se encontraban cadenas tradicionales como Disney / ABC y NBCUniversal, así como plataformas de streaming como Netflix. Sin embargo, fue YouTube, propiedad de Google, quien presentó la propuesta más sólida tanto en lo económico como en alcance global.
El acuerdo supera ampliamente los nueve dígitos, cifra que dejó atrás las ofertas de sus competidores. El contrato previo con ABC rondaba los 100 millones de dólares anuales, pero la caída sostenida de audiencia televisiva llevó a replantear el modelo. Más allá del dinero, la Academia busca conectar con nuevas generaciones, ampliar su audiencia internacional y adaptarse a los hábitos de consumo actuales.
Aunque el anuncio ya es oficial, ABC mantendrá los derechos de transmisión hasta 2028, por lo que la primera edición completamente digital se verá en 2029, cerrando así una de las alianzas más longevas entre un evento cultural y una cadena de televisión.
Con este nuevo esquema, YouTube no solo transmitirá la gala principal. A partir del cambio, la plataforma ofrecerá en vivo y de forma gratuita la alfombra roja, contenido exclusivo detrás de cámaras, el Governors Ball y programación especial relacionada con la Academia durante todo el año, con opciones de subtítulos y audio en varios idiomas, ampliando el acceso a audiencias de todo el mundo.
El movimiento confirma lo que muchos anticipaban: la televisión abierta deja de ser el centro de los grandes eventos globales, mientras el streaming se consolida como el nuevo escenario principal del entretenimiento.


