El cantante Cristian Castro, conocido por éxitos como "Azul" y su carismática personalidad, ha vuelto a ser el centro de atención en julio de 2025 por una costumbre que ha mantenido durante años: tomar leche en mamila.
A sus 50 años, el hijo de Verónica Castro no sólo admite esta práctica, sino que la defiende con orgullo, argumentando que le brinda comodidad y le permite revivir sensaciones de su infancia. Esta peculiaridad, que ha generado tanto burlas como apoyo, abre un debate sobre la búsqueda de confort emocional en la adultez y la nostalgia por la niñez.
Orígenes del hábito: revelaciones y confirmaciones
La historia de este hábito comenzó a circular en 2018, cuando Gabriela Bo, exesposa de Castro, reveló en una entrevista que el cantante solía pedir a la empleada doméstica que le preparara una mamila todas las noches. Según Bo, esto formaba parte de un entorno donde había muchos objetos infantiles, ya que los sobrinos de Castro visitaban frecuentemente la casa.
Sin embargo, la mamila era específicamente para él, lo que generó curiosidad y especulaciones.
Cristian Castro no tardó en confirmar la veracidad de estas declaraciones. En una entrevista con el programa 'El Gordo y la Flaca', expresó: "Bueno, la verdad es que me gusta mucho sentir cosas que sentía cuando era niño y que me gustaban mucho de niño".
Añadió que no le importa lo que digan de él y que, ocasionalmente, disfruta tomar leche de un biberón porque le parece "rico". Esta admisión pública marcó el inicio de una narrativa que lo posicionó como alguien que abraza su lado infantil, incluso en la adultez.
Una idea comercial: biberones para adultos
En 2020, Castro llevó su hábito un paso más allá al anunciar, durante una entrevista con Radio Mitre, su intención de lanzar una línea de mamilas para adultos. "Aparte estoy queriendo hacer una como marca para adultos, te juro que es buena idea, me la dio una amiga esa idea y está bastante buena", declaró. Aunque esta propuesta generó burlas, incluso de amistades cercanas, el cantante se mostró tranquilo y reafirmó su postura: "La gente siempre se burla, pero no hay problema, yo sigo siendo chico, no me gusta crecer. Nunca me gustó realmente tanto esta onda de crecer, yo me quedé como en la secundaria".
Esta declaración, cargada de nostalgia, resonó con muchos que ven en su actitud una resistencia al peso de las responsabilidades adultas.
Apoyo de Shanik Berman y el debate emocional
El tema volvió a tomar relevancia en julio de 2025, gracias a la periodista de espectáculos Shanik Berman. Durante su participación en el programa de YouTube "Faisy Nights", Berman confirmó el hábito de Castro y sorprendió a los presentes al revelar que ella misma ha adoptado esta práctica. "Sí, yo también lo he hecho, ¿tú no?", respondió con naturalidad cuando la conductora Mariazel preguntó sobre la veracidad del rumor.
Berman explicó que comenzó a usar mamilas tras el nacimiento de sus hijas, describiéndolo como un acto "muy reconfortante" que le evocaba la cercanía con su madre y una sensación de volver a casa. Incluso animó a la audiencia a probarlo, normalizando la conducta como una forma de autocuidado emocional.
Esta declaración generó reacciones mixtas. Mientras algunos invitados del programa se sorprendieron, Berman defendió su postura con firmeza, destacando los beneficios emocionales. Expertos en psicología, sugieren que prácticas como esta pueden actuar como reguladores del estrés, proporcionando una sensación de seguridad y nostalgia.
Aunque no existen investigaciones clínicas específicas sobre el uso de biberones en adultos, se reconoce que los vínculos sensoriales tempranos, como el acto de beber de una mamila, pueden tener un impacto poderoso en el estado emocional, ayudando a evocar recuerdos positivos de la infancia.
Perspectiva médica: Sin riesgos, con higiene
Desde el punto de vista médico, no hay contraindicaciones para que los adultos usen biberones para tomar leche, siempre y cuando se mantenga una adecuada higiene para evitar infecciones. Esta información, respaldada por artículos recientes, tranquiliza a quienes podrían preocuparse por las implicaciones de salud de esta práctica. Así, el debate se centra más en lo social y emocional que en lo físico, dejando espacio para que cada individuo decida qué rituales le aportan bienestar.
Reacciones del público y controversia
En redes sociales, especialmente en plataformas como X (anteriormente Twitter), la noticia generó una mezcla de burlas y empatía. Algunos usuarios, como @chikistrakiz, calificaron el hábito como "clásico gay", mientras que otros, como @ALnaviocom, señalaron que Castro está "bajo fuego" por esta obsesión. Sin embargo, también hubo apoyo, con publicaciones destacando que el cantante lo ve como una fuente de comodidad, especialmente para relajarse o jugar videojuegos.
Estas reacciones reflejan la polarización alrededor de un tema que, aunque inofensivo, desafía las normas sociales sobre lo que se considera "apropiado" para un adulto.
Contexto familiar y personalidad de Castro
Cristian Castro, hijo de la icónica Verónica Castro, ha sido conocido por su personalidad extravagante y su tendencia a generar titulares. Aunque no se encontraron declaraciones directas de Verónica sobre este hábito específico, en entrevistas pasadas se ha mencionado su relación cercana con su hijo, lo que podría sugerir una aceptación implícita de sus peculiaridades. El cantante, por su parte, ha dejado claro que su deseo de mantenerse joven no es solo una pose, sino una forma de vida, como lo demuestra su declaración de sentirse "quedado en la secundaria".
Una ventana a la personalidad de Castro
La costumbre de Cristian Castro de tomar leche en mamila es más que una excentricidad; es una ventana a su personalidad y a su forma de enfrentar el paso del tiempo. A través de este hábito, el cantante encuentra comodidad y una conexión con su niñez, algo que, según él, le permite mantener un espíritu joven. Mientras algunos pueden verlo como algo extraño, otros, como Shanik Berman, lo entienden y hasta lo comparten. En última instancia, esta práctica destaca la individualidad y la libertad de cada persona para encontrar su propio camino hacia el bienestar emocional, desafiando las expectativas sociales y abriendo un diálogo sobre la nostalgia y el autocuidado en la adultez.